Origen de los Tributos
Origen de los Tributos
El origen de los tributos se remonta a la época de las monarquías. En la edad media los antiguos reyes de las naciones procuraban mantenerse en constantes guerras con otros países con el objeto de incrementar las riquezas, porque al vencer al enemigo, se quedaban con sus tesoros y también con sus propiedades y nuevos súbditos, pero en algunas ocasiones las guerras se prolongaban demasiado, por lo que los reyes se veían en la necesidad de solicitar a los principales nobles su colaboración para el sostenimiento del reino y de sus ejércitos. Pero al prolongarse demasiado las guerras, los reinos casi quedaban en bancarrota y las contribuciones de los nobles ya no eran suficientes, por ese motivo fue necesario extenderlas directamente a todos los súbditos que poseía el reino en demanda de mas recursos.
En síntesis, como consecuencia de las guerras, los reyes en la edad media impusieron su poder a los nobles y a los súbditos con el objeto de obtener ingresos para sostener las guerras y a los ejércitos, de esta manera se crean los tributos que deben ser pagados por todos en forma obligatoria.
Los Tributos en América
Con el descubrimiento de América en 1492 se inició la expansión del dominio de europa hacia nuevos continentes. El proceso de conquista y colonización dio lugar a la formación de grandes y poderosos imperios que transformaron en los cuatrocientos años siguientes, la organización económica y política de Europa occidental y de los territorios bajo su poder.
El dominio sobre los nuevos territorios se legitimó con las bulas del papa Alejandro VI de 1493, que otorgaron a la Corona de Castilla todas las islas y tierra firme descubiertas al oeste y al sur de una línea imaginaria establecida, según los términos del Tratado de Tordesillas, a 370 leguas de las islas de Cabo Verde. Cien años después Inglaterra, Holanda y Francia empezaron a cuestionar esta supremacía.
Cuando ya estaba asegurada la posesión de los territorios recién descubiertos y por descubrir, se inició el proceso de conquista y colonización española de América, primero en las Antillas y después en tierra firme. Este proceso supuso para la Corona un esfuerzo organizativo y administrativo de grandes dimensiones que implicó el trasplante o la creación de nuevas instituciones que facilitaran el control político y económico de las Indias, nombre con el que se conocieron los dominios españoles en el continente americano.
Como se indicó antes, al conquistar a alguna nación o país, los vencedores se apropiaban de las riquezas y de las tierras y súbditos. En el caso de la América española, especialmente en México y Perú, el oro y la plata fueron el botín. En regiones menos ricas en metales preciosos, como Centroamérica, la ausencia de grandes yacimientos dirigió el interés de los conquistadores hacia la explotación de la población indígena, que llegó a ser, en buena medida, la parte fundamental del sistema colonial en ese territorio.
El proceso de conquista militar y colonización de Guatemala inició a finales de 1523 cuando Hernán Cortés, conquistador de México, decidió expandir su esfera de influencia hacia el sur, encomendándole la empresa a Pedro de Alvarado. El sistema colonial español imperaría sobre la región durante los siguientes 300 años.
El tributo, reconocimiento de la relación de dominación y aplicado principalmente a la población indígena, se volvió la base fundamental de la economía y de la hacienda pública. Ello evidencia el nacimiento de un sistema tributario basado en una política discriminatoria y regresiva, producto de la estructura del poder colonial.
El Reino de Guatemala no contaba con los recursos necesarios que le permitieran la inserción en el mercado europeo a través de metales preciosos, productos agrícolas o materias primas. Fue gracias a la producción de añil que el reino empezó tardíamente (siglo XVII) este proceso. La lejanía de las principales rutas de comercio e intercambio y lo magro de las exportaciones contribuyeron a que la región se volviera una zona periférica y marginal del imperio español.
La dependencia de un cultivo de exportación se volvió la seña de identidad de la economía hasta bien entrado el siglo XX. La debilidad de la economía guatemalteca se hizo evidente con las diferentes crisis que esta dependencia conllevaba, fuera por la caída de la producción, la competencia o la baja en los precios de mercado. La irrupción en el mercado del añil procedente de la India, a principios del siglo XIX provocó la mayor crisis económica de la época.
En el Reino de Guatemala se implementaron los mismos impuestos que en el resto del continente. La diferencia estribaba en el monto de la recaudación. El desorden burocrático y la mala administración de los recursos existentes llevaron eventualmente al endeudamiento a una permanente crisis fiscal, que no pudo ser solucionada por las reformas borbónicas de finales del siglo XVIII.
Tributos durante la Colonización
La corona española impuso una serie de tributos a sus vasallos y entre estos existieron:
Alcabala
Consistía en recaudar un 2 % sobre las operaciones de compra-venta, traspaso de bienes, herencias y otras rentas o cobros de los particulares. Fue un impuesto para los criollos.
Tributo
Era una contribución personal que pagaban los indígenas al Rey de España como vasallaje. La cantidad que pagaban era por lo general de un peso de plata al año.
Almojarifazgo
Fue el tributo que se pagaba por los productos que entraban o salían por medio de los puertos del reino.
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